Unión Monetaria de América del Norte

Por: Sebastián Carrasco

Desde hace más de dos décadas, la creación de una unión monetaria en América del Norte es una propuesta constante de unión económica, pero sobre todo monetaria de Estados Unidos, México y Canadá.

Aunque es una idea que empezó a discutirse en México después de la devaluación del peso mexicano en diciembre de 1994, sigue estando vigente. Las opciones señaladas son: dolarización, caja de conversión o unión monetaria. La idea de una caja de conversión sería fallida por la salida de capital y una dolarización es un tema polémico porque sería solicitar a Estados Unidos incorporarnos al dólar, lo que ocurriría sería dividir el precio de los productos entre el precio actual del dólar y con esto, se revertiría en cierta parte o casi toda la devaluación del peso mexicano. Sin embargo, esta propuesta por cuestiones políticas y culturales actualmente no es una opción viable. Sin duda la mejor opción en el panorama económico mundial es la unión monetaria, en Canadá la tasa de interés al 27 de marzo de 2020 era de 0.25%, en Estados Unidos la tasa de interés al 04 de marzo de 2020 era de 1%, en México la tasa de interés al 20 de marzo de 2020 era de 6.5%.

La creación de la Unión Monetaria de América del Norte implica la creación de una moneda única, banco central único y comunes para los tres países, tal y como sucedió con la Unión Europa en 1998 y hasta el lanzamiento del euro en 2002, esta presenta algunas desventajas para México, como la pérdida de autonomía monetaria y cambiaria o la facultad de emitir dinero de manera autónoma.

Poniendo en balance se trata de una disyuntiva entre seguir teniendo una moneda débil con alto riesgo cambiario, altas tasas de interés y una tasa de inflación promedio de 4.5% anual o ajustarnos a los acuerdos de la unión monetaria y una estabilidad financiera no vista en México en los últimos 25 años. La desaparición de las monedas locales seria paulatina, la propuesta consiste en la creación del Banco Central de América del Norte y cada país conservaría su banco central nacional, como sede del banco central; se unirían las reservas federales de cada país, se crearían gobernadores del Banco Central de América del Norte y subgobernadores.

El banco tendría que ser independiente y autónomo del poder ejecutivo de cualquiera de los tres países, los billetes y monedas serían comunes y de libre tránsito entre las naciones.

Sin duda, es una gran propuesta para México, debido a la incompetencia demostrada por las autoridades monetarias mexicanas para controlar o prevenir la devaluación constante del peso mexicano, es una propuesta para ser analizada y evaluada en el marco nacional e internacional.