Obsolescencia programada
- Subversivo_mx

- 24 jul 2020
- 2 Min. de lectura

Por: Sebastian Carrasco
La obsolescencia programada es diseñada por el fabricante para determinar la vida funcional de un objeto, esto con la finalidad de que el consumidor se vea obligado a adquirir un producto nuevo. Vance Packard fue uno de los primeros en hablar de este tema en su libro The Master Makers, dividiendo la obsolescencia en tres categorías diferentes:
- Obsolescencia de función
- Obsolescencia de calidad
- Obsolescencia de deseo
En las tres categorías, los consumidores son afectados por las decisiones del mercado, la sociedad y la moda.
Un ejemplo claro son los celulares iPhone, aunque el celular sea prácticamente nuevo, con todos los componentes electrónicos en perfecto estado; al salir la nueva generación, los celulares de generaciones pasadas dejarán de funcionar al 100%, haciendo que el consumidor empiece a notar que el celular no funciona como estaba acostumbrado o en algunos casos presentando fallas terminales. Esto se vivió hace poco, al momento de salir el iPhone 11, los iPhone 6 empezaron a presentar fallas de funcionamiento. Esto no sucede exclusivamente en iPhone, es una tendencia en todos los productos de la actualidad.
Los celulares, computadoras, tabletas, impresoras, lavadoras, secadoras de cabello, microondas, planchas de ropa, refrigeradores y pantallas, son los objetos que presentan más fallas a mediano plazo sin ninguna razón aparente, en la mayoría de los casos es demasiado costoso la reparación y en otros, es imposible arreglarlos porque las piezas no se fabrican.
En México, la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), buscan conocer y sancionar a las empresas que llevan a cabo esta práctica de manera regular, pero hasta la fecha no existen sanciones a dichas empresas. En 2018 Italia multó por 5 y 10 millones de euros a Samsung y Apple, respectivamente, por realizar estas prácticas en modelos anteriores a 2018.
Además, de propiciar el consumo constate de productos nuevos o de mejor tecnología, esto genera un gran desgaste al medio ambiente, generando miles de toneladas de basura electrónica (cualquier producto con cable, enchufe o batería).
Solo en México se estima que cada persona genera 8.2 kg de basura electrónica al año. La mayoría de estos productos no se reciclan debido a que contienen dentro de sus componentes materiales tóxicos, como el cobre y el oro.
Es hora de generar un cambio en nuestro consumo, no solo alimenticio sino también electrónico y de vestir.







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