No hagamos más de lo mismo
- Subversivo_mx

- 30 sept 2020
- 3 Min. de lectura

YESSICA CORRAL
No cabe duda que, nuestra generación está marcando un precedente en la forma de ver y hacer política, intentando y perseverando en romper los viejos esquemas que tanto daño han hecho al país y que hoy intentamos reconstruir desde nuestra visión del mundo, que claro, no es la misma, pero al final logra conjuntarse en varios puntos y es que estamos convencidos de que la vieja política no ha sido la respuesta.
Desde distintas trincheras de partidos políticos, organizaciones civiles y estudiantiles, nos organizamos para luchar por las causas en las que creemos, sin embargo, muchas veces caemos en el error de olvidar esas causas para comenzar a defender a personas, replicando lo que tanto criticamos, hundiéndonos en un debate público que poco aporta, construye y propone.
Caer en los viejos discursos y prácticas, es algo que no podemos permitirnos desde ningún espacio que ocupemos, si hay algo que distingue a nuestra generación es que somos capaces de señalar, sin tapujos, lo que está mal y de proponer alternativas para abonen a la solución de problemas. Antes era impensable contar con jóvenes al frente de instituciones o en puestos relevantes, eran siempre los mismos políticos con una visión que poco atendía a la realidad y el cambio de contexto social. Ahora vemos a la juventud luchando por puestos claves de decisión en la vida pública del país, pero sigue sin ser suficiente.
Tenemos que entender que caer en la misma dinámica no nos llevará a ninguna parte. El contexto actual nos exige actuar en consecuencia y luchar por objetivos comunes, mientras nos desgarramos las vestiduras por defender nombres, seguimos sin un sistema de pensiones, sin condiciones laborales justas, sin derechos básicos garantizados como la educación y salud. Y ni con la cuota juvenil en escaños de poder como el Congreso, se ha logrado avanzar, no tenemos una Ley de Juventudes y esto es solo una prueba de lo complicado que sigue siendo el panorama desde posiciones de poder. La juventud sigue siendo dejada de lado, sigue sin tener oportunidades reales de desarrollo y crecimiento, es absurdo pensar que los programas sociales tienen un impacto positivo de largo aliento para la mayoría de quienes lo conforman. A esto sumemos que la juventud no es eterna y lo que ahora son problemas de juventud, pronto serán los problemas de una generación adulta y el panorama empeorará de forma exponencial sin que haya mucho que hacer si no actuamos desde ya.
El avance en la garantía de derechos para nuestra generación depende de nosotres y de nadie más, nuestro presente y futuro están en juego. Por eso es tan importante que nos estemos adueñando de esos espacios y los ejerzamos con responsabilidad e integridad. Estamos a unos meses de un proceso electoral histórico, en el que seguramente habrá muchas candidaturas de jóvenes que deben apostar por nuevas agendas que atiendan las necesidades reales.
Pero desde cualquier trinchera, no podemos perder de vista que la congruencia y la realidad nos urgen a un cambio radical, que no se construye desde el discurso sino desde las acciones positivas y los valores con los que desempeñamos éstas. Seguir ofreciendo más de lo mismo y apostar por la polarización, nos traerá efectos devastadores en el corto plazo. Estamos a tiempo de cambiar el panorama y transformar el país que queremos, tomando decisiones y defendiendo nuestras ideas, visiones y propuestas antes que a cualquier persona. No nos pongamos el pie entre nosotres, somos mucho más que eso.







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