Migración y discurso

MARTHA PÉREZ

“El presidente Donald Trump expresó que los migrantes están robando al país”, “Las remesas incrementan a pesar de la crisis de Covid-19“, “el presidente Fox dice que los mexicanos hacen los trabajos que ni los negros quieren hacer (sic.)”, “barco recoge 300 migrantes en el mar Mediterráneo”, “las remesas en México rompen por cuarto año consecutivo su máximo histórico”, etc. Todos ellos son titulares relacionados con la migración y en ellos yace una realidad compleja. En este texto comparto tres perspectivas -positiva, negativa y victimizante- para invitarlos a cuestionar el discurso sobre migración.

La migración algunas veces es vista desde una perspectiva positiva y es que la migración conlleva un impacto económico. En países con tradición migrante como El Salvador o México, las remesas se vuelven una parte fundamental de la economía. En 2020 México rompió por cuarto año consecutivo los niveles de recepción de dinero por parte de mexicanos en Estados Unidos, en tiempos de crisis económicas como la crisis financiera en 2009, la caída de los precios petroleros o la actual crisis de Covid-19. Las remesas funcionaron como una forma de amortizar la crisis en México. En los informes de gobierno, presidentes como Vicente Fox o López Obrador han hecho gala de la recepción de remesas, sin embargo, la migración se da (en muchos de los casos) por falta de empleo y oportunidades, las remesas implican que más personas se encuentran migrando como una forma de incrementar los ingresos de su hogar dados los fallos económicos en el país.

Desde la perspectiva negativa reina la xenofobia y el racismo, los migrantes son vistos como “parásitos” o la más baja categoría de la fuerza laboral, son los peores pagados y los que encuentran mayores retos para encontrar trabajos dignos, ya sea por su estatus migratorio (ilegal o irregular) o por la xenofobia de los empleadores que se niegan a contratarlos o tratarlos como a cualquier trabajador nativo. La realidad es que la migración es un fenómeno diverso, donde no solo migran personas de baja calificación, sino que también lo hacen personas altamente calificadas y en general, los migrantes tienden a ser más emprendedores o auto emplearse dado que los mercados los segregan (según datos del International Migration Institute). La necesidad por romper con los estigmas de lo que implica ser migrante, ha llevado a este grupo a esforzarse más, por ejemplo, se encuentra que los hijos de migrantes suelen ser estudiantes destacados. Si bien, esto no debería ser así dado que todos deberían de tener condiciones equitativas independientemente de su nacionalidad, el discurso negativo sobre los migrantes y su estigmatización es una constante que perpetúa el trato desigual.

Por último, en cuanto a la victimización, los migrantes se mueven fuera del país del que nacieron por diversas razones, los trayectos de los migrantes son heterogéneos de acuerdo con características especificas como edad, género, nacionalidad, poder económico y social, etc. Lamentablemente aún hay un largo trayecto que recorrer en cuanto a garantizar los derechos humanos de los migrantes en su recorrido. Constantemente los medios nos llenan con imágenes de personas ahogadas en el Mar Mediterráneo o el desierto, de caravanas de migrantes, de campos de refugiados, etc. Y si bien es una realidad que todos deberíamos de conocer, no creo en el revictimizar a los migrantes, estas imágenes son muestra de un fallo sistemático, el cual debería ser el verdadero foco de atención. Retomo la perspectiva de Zizek en cuanto a que los medios deberían de ir “hacía atrás” cuando hablan de campamentos para migrantes, deberían hablar sobre la realidad económica y política del país que los expulsó tanto de los países que se niegan a recibirlos porque no nacieron ahí.

En conclusión, invito a seguir cuestionándonos los discursos, no solo los discursos negativos que tienen claros tintes xenófobos, sino también aquellos que implícitamente niegan la agencia, derechos y autonomía de las personas. Escrudiñemos cada palabra que sale de la boca de los lideres políticos.