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La diversidad de la letra L

  • Foto del escritor: Subversivo_mx
    Subversivo_mx
  • 17 jun 2020
  • 2 Min. de lectura

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Ana Belén Aguirre Flores


Hace unas semanas me encontraba leyendo, por fines académicos a Monique Witting, enfrentándome con una premisa muy interesante dentro de su obra “El pensamiento heterosexual”, en donde se afirma que las lesbianas no son mujeres.

En este mes del orgullo, me pareció buena idea llevar a la reflexión la propuesta de esta autora. No voy a negar que, como mujer bisexual en una relación lésbica, no pude evitar sentirme atacada en un primer momento, pero esta pequeña frase me llevó a darme cuenta de muchas cosas

Según Witting, las lesbianas no son mujeres porque la definición de “mujer” en esta sociedad no es más que una construcción política al que las lesbianas contradicen en muchos aspectos, y porque esta definición, solo tiene sentido dentro del sistema heterosexual.

Más tarde encontré un hilo en Twitter que ejemplificaba el tipo de situaciones en las que una lesbiana contradecía lo que por definición tradicional hace o es una mujer como lo son la infertilidad social, tener una pareja que no es hombre, la “similitud” a los hombres, una estética que no es del gusto de los hombres, entre otras, para concluir diciendo que todas estas afirmaciones sólo son medias verdades o falsas en su totalidad, ya que como sabemos, hay lesbianas que sí pueden embarazarse, que también pueden ser “atractivas” para un hombre o que no tienen nada en común con un hombre.

Lo anterior me llevó a seguir viendo comentarios en los que se mencionaba a las lesbianas como “las lesbianas y las mujeres”, como si las primeras realmente fueran una especie totalmente diferente a las mujeres, reafirmando el pensamiento de Monique Witting, donde una lesbiana no cabe en el concepto tan arraigado que se tiene de lo que significa ser mujer, como si realmente, las lesbianas no fueran mujeres.

Aunque la reflexión de que las lesbianas se salen del concepto o definición tradicional de la “mujer” -el cual además no refleja todas las realidades por las que las mujeres pasamos- me agradaba, pero también me parecía desconcertante que existiera un grupo de personas que realmente piensa que las lesbianas no son mujeres verdaderas.

Es importante reconocer varias cosas, las conmemoración de este mes, es un contexto perfecto para ello.

La primera, debemos de erradicar el concepto de “mujer” porque no existe, contrario de lo que se ha percibido a través de la historia, no hay ni una mujer en este mundo, que sea igual y que desde su experiencia situada haya vivido las mismas cosas.

Segunda, debemos de visibilizar que, dentro de la diversidad, hay todavía más diversidad, no todas las lesbianas visten igual, son iguales, ni obedecen al estereotipo que históricamente se les ha dado.

Y tercera, debemos de reconocer las identidades desde la interseccionalidad, desde los diferentes sistemas de opresión a los que una mujer se puede ver sujeta, en este caso, la orientación sexual, que puede llegar a oprimir a una mujer al grado de, inconscientemente, no considerarla mujer por el simple hecho de no obedecer a la “tradicional” orientación heterosexual.

En junio celebremos a todas las mujeres y reconozcamos que dentro de la letra L de la comunidad LGBT, existen diferentes mujeres, con diferentes sentimientos, gustos, personalidades y vestimentas, que el amar a otra mujer no nos hace un grupo de mujeres homogéneo.


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