FRENA Y AMLO
- Subversivo_mx

- 10 ago 2020
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EDUARDO PIEDRA
México está experimentando un trance democrático muy curioso, cuya figura presidencial ha sido enaltecida con la llegada de Andrés Manuel a palacio nacional, es evidente “el estilo personal de gobernar”, pues en más de una ocasión se han visto comprometidas las instituciones, mecanismos y procesos que se consolidaron hace no más de treinta años.
Esta catarsis en la democracia mexicana es - a su vez - expresión de una gradual pérdida de legitimidad y militancia en los partidos que ahora llamamos oposición, ello significa que no ganó AMLO, en todo caso, perdieron las otras opciones debido a sus errores, por lo que sería importante que la oposición replantee la forma de legislar o hacer política no sólo al gobierno de MORENA, sino para consigo mismos.
Sin duda, la personalidad y las decisiones del presidente han despertado pasiones que polarizan al país no sólo la etiqueta de “chairos vs fifís”, o con el desgastado partido de la oposición cuyas interpelaciones en el espacio público terminan por ser contradictorias, sosas o discusiones irrelevantes; sino aún más interesante, el surgimiento de una serie de movilizaciones con supuesta cobertura nacional que pretende conseguir hacer dimitir el gobierno de Andrés Manuel, del que se deriva un efecto contrario, pues él, con la capacidad de enaltecer y mediatizar a sus enemigos ha conseguido afianzar la opinión pública y encender una segunda pseudo oposición que se despega del sistema de partidos, a la par que ella se desgasta y se mantiene como un microscópico enemigo latente que quiere aglutinar a personas con distinta afinidad política y religiosa en busca de creer enmendar este país.
Este supuesto espacio que tiene intenciones de representar “el verdadero pueblo de México” se autonombra como FRENA (Frente Nacional Anti- AMLO) cuya lógica “movimentista” surge en constituir - desde la desinstitucionalización - una acción de orden institucional: Las elecciones. Es decir, destruir un proceso democrático consolidado solo porque el resultado no pareció complacer o favorecer a un sector poblacional que no compita contra la avasalladora cifra de quienes sí votaron por Andrés Manuel.
Este “berrinche” es algo no muy lejano al plantón del 2006 de Andrés Manuel en palacio nacional, donde se autonombró presidente legítimo. Suena contradictorio que FRENA termina replicando el proceso de aquel lejano año. Ese juego de desinstitucionalizar las instituciones sí que atenta contra la democracia y contra la preservación del estado de derecho en tanto se trata de burlar el cauce institucional establecido (el uso de partidos políticos, las elecciones mismas).
Con manifestaciones en coche, mítines de pequeñas concentraciones y narrativas equivocadas - pues ni AMLO es comunista, y/o socialista, ni México se convertirá en Venezuela- este “movimiento” liderado por grandes empresarios que resultan ajenos a las realidades mexicanas, cree conectar con los ciudadanos de a pie y destituir al presidente. Tarea por mucho titánica y desgastante. Pareciera entonces que FRENA: 1) no sabe reconocer las reglas democráticas de este país y aceptar las consecuencias de vivir bajo el actual sistema político, 2) se perciben como intérpretes en exclusiva de la voluntad de un pueblo y 3) desconoce por completo el espectro ideológico además de mantener un miedo injustificado por proyectos político- ideológicos distintos.
En una democracia siempre se deberá cuestionar las acciones que los gobiernos lleven, la pluralidad trata de eso, de extrapolar el conflicto en mecanismos de solución, propuestas y diálogos que incluyan cuando menos a la mayoría de sus ciudadanos. O bien, desde la cooperatividad entre la sociedad civil organizada y el gobierno. Incluso se conceden las movilizaciones sociales de aquellos grupos que han sido constantemente expuestos a situaciones de vulnerabilidad y discriminación, pero lo que no es aceptable es que se constituyan narrativas que desde el desconocimiento y la incongruencia se busque desmantelar un sistema que - aunque perfectible - funciona.
En todo caso, FRENA representa la urgencia de consolidar un proyecto de oposición que sea conocedora de los siguientes dos retos: 1) adecuarse al sistema de pesos y contrapesos que México tiene y 2) recular y construir un fortalecimiento interinstitucional que sostenga una congruencia ideológica que le haga frente al presidencialismo de AMLO.







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