Entre políticos y rufianes ha vivido Isabel Arvide

ALONSO HUITRÓN

“Los políticos suelen pensar que la moral es un árbol de moras y por eso resulta tan simple aceptar apoyo, dinero, mucho dinero de parte del “señor”, un jefe criminal equis. Como si eso no fuera a trascender nunca”, escribe la recién nombrada cónsul titular en Estambul, Isabel Arvide Limón, cuya profesión principal es el periodismo.

Esta periodista suele pensar que el gobierno esta obligado a “pagar” a los periodistas para que ellos no “inventen” fake news en contra del presidente, o peor, que no lo insulten, tan lejos ha llegado su pensamiento que ha propuesto cambiar la ley para que esto ocurra.

Sin embargo, entre políticos y rufianes se ha desenvuelto Arvide, quien no tiene ni un gramo de experiencia diplomática en esta área de gobierno, (ni siquiera sé si la tenga de periodista), no hay duda de que los que llegan a Relaciones Exteriores van a aprender.

Pero, para lo que sí tiene experiencia es para estar del lado del poder, del dinero. Arvide es un claro ejemplo del lame botas en la política mexicana, gran historia trae con los gobiernos priistas, y por supuesto panistas. Isabel está en donde sabe que le va a ir bien, no le importa si es entre políticos o rufianes.

En su libro, con ese mismo nombre, relata una serie de hechos, crónicas de impunidad y de corrupción en México, que más bien resultan ser aventuras con sus amigos de la política, nada tiene que ver con el periodismo.

En el texto, podemos encontrar la historia de su amigo, al cual defiende a capa y espada, El profe, mejor conocido como Humberto Moreira, hombre con el que trabajó en Coahuila, “un poco naco”, como ella lo describe y su amistad con Felipe Calderón, quien según relata, la hacía ir constantemente a la Residencia Oficial de los Pinos, para pedirle consejos, quizá por eso lo defendió tanto frente a Rubén Moreira, como asegura.

Trasciende, por cierto, la vez que celebró una de las primeras derrotas de Andrés Manuel López Obrador, para ser exactos, el 31 de diciembre de 1988, cuando todos festejaron, en la Quinta Grijalva, casa de gobierno del estado de Tabasco, el triunfo de Salvador Neme Castillo, el candidato de don Raúl Salinas, padre del expresidente mexicano y que ganó gracias a la inyección de dinero a la campaña priista desde la Secretaría de Gobernación, dinero y poder había y ahí es donde quería estar.

Como AMLO no era presidente aún, no le molestó en recordarlo como un ambicioso, al pelearse con Neme Castillo, cuando este era Secretario de Gobierno en Tabasco y le negó la candidatura del PRI en Macuspana a nuestro actual presidente, motivo por el cual, abandonaría el tricolor y buscaría a Cuauhtémoc Cárdenas para unirse a las filas perredistas.

Sin duda, un gran texto, es más “una joya”, de una heroína de la política mexicana que desconocíamos todos, pero que, como Superman, vivía bajo un disfraz de periodista y claro que bien ganado tiene su lugar en Estambul. En este libro, lejos de ejercer el periodismo y revelar la corrupción mexicana, lo único que hace la periodista es contar una serie de hechos que ella vivió cuando intentaba acercarse a trabajar con un gobierno.

Con todo esto, ¿Será que la periodista piense que la moral es un árbol de moras? y ¿Que lo que ella diga no va a trascender nunca? O que en las tardes ¿Calladita se ve más bonita? ¡el que calla, otorga!, ¡Bienvenido al chayo! Pero pues cada quien.

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