El rol de los intelectuales
- Subversivo_mx

- 21 sept 2020
- 3 Min. de lectura

EDUARDO PIEDRA
Hace un par de días salió a la luz un comunicado que se posicionaba contra AMLO. Quienes lo firman son seiscientos cincuenta intelectuales, periodistas, académicos y personalidades de este país. Afirman que el presidente ha atentado contra la libertad de expresión mediante la estigmatización y difamación de la prensa, así como hacen una serie de menciones sobre las acciones discrecionales y erróneas que la administración de Andrés Manuel ha cometido.
La publicación de la carta desató un debate en redes sociales sobre la calidad moral de quienes suscribían el texto, se les cuestionaba dónde habían estado antes cuando gobiernos anteriores también habían cometido atrocidades similares, incluso lo dijo el mismo presidente en su ya famosa mañanadera.
Este comunicado en particular no ofrece nada nuevo, salvo la cantidad de quienes lo suscriben. A lo largo del sexenio hemos visto cartas, declaraciones, panfletos y posicionamientos en contra del gobierno que encabeza Andrés Manuel y no están errados. Esta administración tiene a muchos desencantados por que sus acciones o sus estrategias nos quedan a deber mucho.
No obstante, lo interesante de que varias personalidades del tipo “intelectual” se reúnan y posicionen en conjunto sobre un tema, es un recordatorio sobre la utilidad que reside en ellos para el funcionamiento estatal. Vale la pena pensar sobre ¿Cuál es el rol de los intelectuales dentro de la política? De entrada, alimentan las discusiones. Son ellos quienes expresan opiniones útiles para la vida política de un país.
Para Antonio Gramsci los intelectuales son aquellos que trabajan del intelecto. De ahí la necesidad de que sean quienes escriben, redactan, publican, editan. El intelectual administra los valores, la historia, la cultura y la política de una sociedad. Hay de todos tipos y en todas esferas, no siempre son aquellos intelectuales en mayúsculas, sino tan sólo lo son quienes fomentan el debate público desde la opinión o la cultura.
En el mismo sentido, Jean Paul Sartre sostenía que el ejercicio de escribir dota de libertad y trasciende el lenguaje, por tanto, tiene un compromiso político. Eleva las discusiones y mantiene a flote los temas de interés. Aunque esto ponga en evidencia las relaciones que los intelectuales mantienen con el poder. Pues cuando están cerca del poder resultan una extensión que legitima y limita el compromiso, mientras que cuando están lejos, mantienen cierta lealtad consigo mismos y para con la ética que esperan dirija la vida pública.
En México, Gabriel Zaid dice que los intelectuales son aquellos escritores, artistas o científicos que opinan sobre cosas de interés público con autoridad moral entre las élites. Que estos no son particularmente inteligentes, sino validados. Para él, los intelectuales son un ir y venir entre la producción de cultura y conocimiento; y la interpelación al aparato estatal.
El rescate de estas aproximaciones sobre los intelectuales es útil porque permite recordar que necesitamos de ellos para evidenciar que existe una verdad pública no relacionada directamente con la oficial. Aparece el cuarto poder donde la prensa y la opinión pública cobran sentido. Sin los intelectuales la vida política del país se vuelve un aparato poco digerible para las clases medias. Los intelectuales mantienen viva la escena política y cultural de un país a partir de externar – desde sus trincheras – su sentir respecto a lo que acontece en un país.
Podemos estar o no de acuerdo con el posicionamiento contra Andrés Manuel, pero lo que no se puede negar es que tal texto pone en evidencia que la vida política en este país aún no esta del todo cautiva. Que a pesar de saber que las oposiciones de este país son escasas y lamentables, al menos existen personalidades que buscan organizarse contra la verdad oficial.
En todo caso es mejor tener estos intelectuales intentando molestar al presidente, que si no… no sabríamos quien le haría frente y eso sí puede ser peligroso.







Comentarios