El peligro de los extremos
- Subversivo_mx

- 28 oct 2020
- 2 Min. de lectura

YESSICA CORRAL
Es preocupante lo que está pasando con el país. Nos dividimos entre lo que está bien y lo que está mal, sin matices. Quienes están a favor de lo que se ordena desde Palacio Nacional y quienes están en contra, sin un punto de encuentro para el diálogo democrático.
Empezaré con el primer grupo, fiel al presidente, sin ánimos de crítica más que aplausos para todo lo que hace y dice AMLO, como si absolutamente todo lo que propusiera, dijera e hiciera estuviese bien, es casi como una veneración y cualquier crítica es respondida con ataques o con difamaciones que tachan a quienes se atreven a alzar la voz en contra. Del otro lado, están quienes critican absolutamente todo lo que hace el presidente, pero este grupo es más diverso, hay quienes están sistemáticamente en desacuerdo y sacan a relucir lo peor de sí mismos con clasismo, racismo y otras desafortunadas actitudes y por otro lado, aquellos que intentan mantener la objetividad pero que se prestan a un debate destructivo que termina por mermar la calidad de la discusión y los argumentos.
El problema es que el encuentro democrático al que aspiramos no sucede. Lo que tenemos son desacreditaciones y una obediencia peligrosa hacia el presidente. En los dos años de gobierno se han tomado decisiones radicales en aras de combatir la corrupción y la desigualdad, nadie puede estar en contra de esa intención. El problema es que en el camino se están desprotegiendo a poblaciones en situación de vulnerabilidad y a sectores que aportan al desarrollo del país, sin mencionar el desmantelamiento de las instituciones. No se está buscando mejorar, se está destruyendo sin valorar antes lo que sí funcionaba y no se prestaba a malas prácticas.
Despreciar la pericia y los instrumentos existentes para comenzar de cero, es la ruta por la que se está apostando y que no está garantizando ninguna mejora. Se desaparecen mecanismos y apoyos sin que haya un reemplazo claro y que asegure que lo que se buscaba evitar no vuelva a suceder. Lo único que recibimos a cambio son promesas vacías, gráficas con sumas erróneas y cabal obediencia de todos y cada uno de los lugares de toma de decisiones sin que haya un diálogo entre oposición y población afectada.
No hemos entendido que no se trata de quién tiene la razón, hablamos de la transformación que se prometió y que cada día deja a más personas muertas, se sume en más inseguridad e incertidumbre económica, que no es capaz de atender la pandemia efectivamente y que, con todo esto, se atreve a pregonar que todo está bien.
No estamos bien y esto será todavía peor con el contexto electoral que se acerca. La articulación de una verdadera oposición es más importante que nunca, seguir en la misma narrativa destructiva, nos llevará a más polarización y ningún resultado. Es importante tener claro que ni FRENAA y Sí por México son toda la oposición, ni Morena el poder hegemónico que dominará en los próximos años, aunque sigan sumando votos comparado con comicios anteriores, su triunfo no está garantizado. Apostemos por la organización, la propuesta y la construcción de una democracia a la altura de los problemas que enfrentamos como país.







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