Confirmantes y espectadores
- Subversivo_mx

- 23 sept 2020
- 2 Min. de lectura

Juan Pablo Figueroa Mansur
La propuesta de consulta pública para enjuiciar a los expresidentes de México deja muchas dudas. Más allá de que los derechos humanos no deben ser puestos a consulta popular, cabe ver ¿cuál es el objetivo del presidente López Obrador con esto si sabe que lo más posible, según distintos juristas, es que la Corte declare inconstitucional la pregunta? Todo indica que esto es un artificio más para esperar una respuesta confirmatoria de la opinión pública, la cual es predecible dado el sesgo de la propia pregunta propuesta.
El presidente conoce a sus seguidores, sus millones de seguidores integran gran parte de la opinión pública y, al mismo tiempo, buscan los atajos informativos del presidente cada mañanera. López Obrador ya conoce lo popular que puede llegar a ser esta consulta, más si simbólicamente viene empaquetada en un framing anti neoliberal, los espectadores sólo confirmarán, una vez más, su desesperada y electorera acción, ya no digamos inconstitucional a criterio de juristas de reconocido prestigio intelectual.
Vale la pena hacer un paréntesis histórico, como los que hace muy seguido el presidente, para afirmar que no es casualidad que él busque enjuiciar sólo a los ex presidentes desde Salinas de Gortari hasta Peña Nieto. Claro que los demás ya están en el Tártaro, con excepción del innombrable Echeverría, pero ¿qué pasaría si Miguel de la Madrid y López Portillo siguieran vivos? ¿haría lo mismo con ellos también? No lo sabemos, aquí lo que importa es que el framing anti neoliberal del presidente ha sido constante a lo largo de estos casi 18 años, no importan los nombres, importa destruir y sustituir ideológicamente el belief system del neoliberalismo corrupto, y ahora también conservador y neoporfirista.
Entonces, esto es un trade-off en el cual el presidente busca la confirmación de sus seguidores, y estos, la señal del presidente para seguir sosteniendo su canal de identificación con su movimiento. Con todo esto, la prensa no intencionalmente orienta la noticia como la historia de los poderosos, con el pequeño detalle de que AMLO no deja fuera a los ciudadanos de esta historia: los ciudadanos, antes espectadores, serán artificialmente “partícipes” del veredicto final, ya sea en una consulta popular constitucional o, a su modo y lo más probable, en una consulta fuera del marco de la ley.







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