3…2…1… ¡qué empiecen los juegos del hambre!

Hoy lunes 7 de septiembre inicia formalmente el proceso electoral rumbo a las elecciones de 2021, lo que supone el mayor reto que ha tenido el INE, por lo que significa el número de personas que saldrán a votar, el número de cargos a elegir y las y los funcionarios electorales que se necesitarán.

Comenzaremos a ver en redes sociales a miles de personas prometernos el cielo, acabar con todos los males y bajar el precio de las picafresas, nos intentarán convencer de que ellos y ellas son la mejor opción, las calles se llenarán de propaganda y algunos se aprovecharán de la pobreza para recabar votantes…

¿qué podemos hacer nosotres? ¿cómo hacemos que lleguen las y los mejores a representarnos?

Nunca podremos prever el desempeño de una persona, pero sí podemos reconocer sus trayectorias y estudiar sus posturas sobre diversos temas que son y serán medulares en las discusiones que siguen pendientes, como el combate al cambio climático, la interrupción legal del embarazo y la agenda feminista, la armonía de las leyes respecto de las personas LGBTTTIQ+, la defensa de las y los trabajadores, la legalización de la mariguana y un sistema penal con enfoque de reinserción social y no preponderantemente punitivo, entre otros. Y es que votar por determinado partido ya no es garantía de nada, las dirigencias nacionales, estatales y municipales en su afán de conseguir el mayor número de votos han sumado a sus filas, perfiles totalmente contrarios con sus postulados y principios.

La tarea se vuelve más compleja, pues tendremos que estudiar detenidamente a quienes tocan nuestra puerta y/o llenan nuestro timeline con promesas. Las redes sociales son herramientas que aún tienen mucho que ofrecer, las elecciones se desarrollarán en un contexto extraordinario, la pandemia será un reto complejo de sobrellevar.

En las urbes, producto de sus propias características, será más sencillo hacer campaña por internet, ahí está la gran oportunidad. Si queremos cambiar la política, tenemos que hacer política, si queremos desplazar a políticos profundamente corruptos, debemos impulsar a perfiles progresistas y comprometidos con los derechos humanos. De nada sirve lamentarnos el día de las elecciones, sin un compromiso previo por incidir en ellas. En el mundo digital, además de discusiones estériles y polarizadas, también hay muchas personas con un historial probado en tan complejos y diversos temas, empecemos por echar mano de ahí.

Ese es el objetivo de mi columna, una invitación para hacer política y cambiarla, abandonar nuestro estado de confort, porque a tuitazos la incidencia es menor, tendremos que transportar nuestros 280 caracteres a 280 personas con las que compartamos nuestra agenda política o la de aquel o aquella persona con la que simpatizamos. El segundo reto es HACER EQUIPO, los tiempos de egoísmo e individualismo tienen que dejarse de lado, es urgente generar alianzas con más ciudadanos, partir desde la humildad para combatir a esos que se han enquistado en el poder para servirse y no servir. Y por último y quizá lo más difícil, tendremos que tomar por asalto los partidos políticos.

“La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás, por lo que fue y contra lo que fue, anuncia lo que será”. Eduardo Galeano

Las candidaturas “independientes” han sido tristemente poco funcionales, alcanzar el registro es una tarea titánica, vencer a las estructuras clientelares un camino solitario y oscuro, y peor aún es llegar, porque los congresos cuentan con toda una serie de disposiciones para limitar a los “sin partido”.

De ahí, que le apuesto a las candidaturas sin militancia, y me refiero a solicitar espacios a los partidos políticos con registro, porque los partidos son nuestros, porque sus prerrogativas las pagas tu y yo, y porque lo que hacen o dejar de hacer, le afecta a todo el país.

Ya una vez unides y organizades, establar mesas de diálogo con la izquierda, ir con el PRD, con Movimiento Ciudadano y con MORENA y proponerles perfiles para candidaturas de representación proporcional y de mayoría relativa, si en esos institutos le han dado lugar a impresentable de la derecha más rancia, ¿por qué no pensar en las y los activistas que conocemos y reconocemos? ¿no sería inspirador? Sí, seguramente piensan que acercarse a un partido político es deleznable, pero la superioridad moral e intelectual poco o nada está haciendo por resolver los graves problemas a los que nos enfrentamos. La extrema derecha ya logró su registro, el partido encuentro solidario (PES) aparecerá en la boleta y con recursos públicos promoverá a personas antiderechos, no perdamos tiempo.

Lo dejo a debate; Subversivo será siempre un espacio abierto para el diálogo y la organización, difusor y amplificador de quienes defienden los derechos humanos.